Somos unos dementes desamparados obstinados
inconclusos adictos del saber.
Somos unos hipócritas
endulzadores de mentiras amantes del incompromiso.
Somos unos aventureros incursionistas de nuestros
propios melodramas y tragicomedias.
Somos unos malditos bastardos enamorados de lo
indiscreto, lo prohibido y lo falso.
Somos unos desmentidos traficantes de egoísmo,
capricho y resentimiento.
Somos los rincones de los callejones más oscuros y
deshabitados del inframundo.
Somos tierna y despiadadamente complicados.
Somos egocéntricos de ideas y hacedores de
paralelismos.
Somos antipáticamente agrandados, pendencieros y
envidiosos.
Somos insoportablementes brillantes, gritones y mal
agradecidos.
Somos infinitamente únicos y eternos, odiosamente
inmortales.
Somos endemoniadamente sentimentales, melancólicos y
extravagantemente desmedidos.
Somos elocuentes seductores de los sueños y
devoradores de los carentes de deseo.
Somos emprendedores de
artimañas, apostadores compulsivos del destino.
Somos sociópatas indiscretos alérgicos a la serenidad
de las rutinas.
Somos compañeros de las estrellas y narradores del
alba.
Somos inmarcesibles flores del Jardín de la casa de
las ovejas negras.
Somos enemigos de los desenlaces en busca de grandes
historias.
Somos lienzo, somos tinta, somos pasos, somos
estrofas, somos zancos, somos aros, somos música, somos guiones, somos libros,
somos poemas, somos artistas.
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