-No te puedo creer, ¿así te lo dijo?
-Si si…. Cortito y al pie.
-¿Así, como si nada?
-Sí… en un audio de veinte segundos…
-¿Y ahora te lo viene a decir? ¿Con todo listo?
-Bueno, todo no. Ya teníamos el salón, el catering… las mesas armadas… estábamos definiendo el tema de los manteles… fue por eso en realidad que se enojó.
-Pero… ¿para tanto…?
-Rodrigo es así, yo lo conozco. Cuando se le mete algo en la cabeza no es capaz de ceder aunque se esté muriendo. Es un caprichoso… nene de mamá…
-¿Tan grande fue la pelea como para decirte que no te quiere más…?
-Es un exagerado, cuando está enojado dice cosas que no siente, yo lo conozco.
No sabés el color horrible que eligió para los manteles… un blanco ceniza que no combina con nada.
-¿Blanco ceniza? Ni idea, la verdad…
-Un espanto, no tiene nada que ver con el blanco del vestido, un desastre. Tiene el mismo gusto de mierda que la madre, yo se lo dije.
-¿Pero por eso va a armar el bolso de un día para el otro y dejarte por watsap?
-Es un impulsivo de mierda… ¿sabés cómo lo conozco? ¿Me decís que no podía esperar al fin de semana para hablar bien?
-Claro, en la semana se complica…
-Y claro, imagínate que está saliendo tarde de la oficina todos los días… la otra noche llegó casi cuando amanecía.
-¿Y no te parece que puede haber algo más? No sé… ¿venían discutiendo seguido?
-Y sí, más vale, qué querés, ¿que se la deje pasar así nomás? Blanco ceniza… No hay nada más triste que el blanco ceniza. Si me decía blanco tiza se lo perdonaba, pero blanco ceniza es demasiado.
-No sé cuál es, la verdad.
-Es un blanco así como medio sucio… tirando a gris. La verdad que no tiene nada que ver con nada. Tiene que ser un blanco puro para los manteles… inmaculado. Ahora cuando hablemos más tranquilos se lo voy a hacer entender.
-Ah, ¿pero quedaron en verse?
-No, pero ya va a venir… es un rencoroso de mierda, pero siempre termina volviendo. Sabés cómo lo conozco…
Mariana Cravenna
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